Geografía Urbana de Sevilla

domingo, 20 de febrero de 2011

GEOGRAFÍA DE SEVILLA http://geografiadesevilla.wordpress.com
Esta página recoge los aspectos propios de la geografía urbana que tienen su reflejo en la ciudad de Sevilla: emplazamiento, forma, plano, edificación, zonificación, actividades, etc.
EMPLAZAMIENTO DE SEVILLA
El Río y la Ciudad

La depresión del Guadalquivir se formó entre dos grandes sistemas montañosos: Sierra Morena y las Cordilleras Béticas. En ella se fueron acumulando como sedimentos los materiales que los ríos traían, rellenando el valle.

Sevilla se encuentra emplazada en la gran llanura aluvional del curso bajo del río Guadalquivir, junto a la cornisa del Aljarafe situado al oeste, y al pie de las terrazas fluviales escalonadas que descienden desde los Alcores situados al Este. El río Guadalquivir recorre esta llanura de norte a sur con un curso lento y divergente.

El Guadalquivir —con su excepcional importancia histórica— cruza la ciudad de norte a sur y es pieza clave del emplazamiento sevillano. El río le ofrece sus posibilidades de puerto fluvial, pero la amenaza con sus inundaciones. Su escasa pendiente y moderada profundidad siempre amenazada por los procesos de sedimentación, ponen en peligro el valor efectivo de la vía fluvial y del puerto interior.

El emplazamiento sevillano se encuentra también cruzado por las cuencas de tres arroyos —hoy canalizados— que tienen su origen en las elevaciones de los Alcores y descendían hacia el Guadalquivir bordeando la ciudad. El Tagarete —unión de los torrentes la Ranilla y Miraflores— y el Tamarguillo desembocaban en el Guadalquivir a ambos lados del Prado de San Sebastián. Más al sur, la ciudad está limitada por el curso del Guadaira. Estos arroyos, que actuaron como fosos defensivos del núcleo primitivo de la ciudad, acabaron convirtiéndose, a medida que esta creció fuera de las murallas, en una nueva amenaza de inundación, acentuada por la contención que el propio caudal del Guadalquivir ejercía sobre ellos; y, al tiempo que en un obstáculo a su crecimiento, supusieron una barrera social.

El relieve de la ciudad

La llanura aluvional del emplazamiento sevillano tiene una altura media de 6 metros sobre el nivel del mar. El relieve de la ciudad tiene como altura de referencia el plano fundamental situado en el centro de un meandro de la margen izquierda del río que sirve de referencia para la descripción del relieve sevillano. Este plano es una plataforma de pequeña elevación correspondiente a la cota 8, alargada de norte a sur, con una altura máxima de 17 metros en la calle del Aire. En su franja occidental se abre la depresión que desciende a cotas de 6 a 4 metros, encontrándose los niveles más bajos en la zona comprendida entre la Alameda y la Plaza del Duque: era el cauce de un antiguo brazo del río que desde la Barqueta llegaba hasta las proximidades de la Torre del Oro.

El sector Norte de la ciudad en su mayor parte se encuentra sobre la plataforma de la cota 8. La pérdida de altura de la plataforma fundamental que se advierte en el sector NE. corresponde a la hondonada del Tagarete en la calle Arroyo, con cotas entre 6 y 4 metros. El aumento de altura desde el plano fundamental hacia el Este hasta la terraza del Guadalquivir no es uniforme y progresivo, pues su superficie se encuentra seccionada por los antiguos cauces del Tagarete y el Tamarguillo. El punto de referencia más elevado es el Cerro del Águila, enclavado entre las cotas 14 y 17. La zona Sur, por la que se encauzaban los cursos bajos del Tagarete, Tamarguillo y del Guadaira, desde el Prado hasta la Palmera, es la más deprimida, con su suelo establecido por la cota 6. El emplazamiento de la Sevilla Occidental se encuentra hoy perfectamente delimitado por la dársena, desde el Alamillo hasta la Punta del Verde, y el curso nuevo del río, a modo de una isla. Se trata de una superficie sin apenas relieve que alcanza su cota máxima de 8 metros en el Altozano.

CLIMA DE SEVILLA
Clasificación general

Las coordenadas de Sevilla —en el observatorio de Tablada, a 3,5 km de su centro geográfico— son: latitud, 37º 21′ 55″ N; longitud, 2º 19′ 35″ W; con una altura sobre el nivel del mar de 5 metros. Por ello, el clima de Sevilla es de características mediterráneas, pero con una importante influencia oceánica dada su proximidad al Atlántico y la dirección de los vientos dominantes.

Atendiendo a las temperaturas, el clima de Sevilla puede cualificarse como templado-cálido, con moderadas oscilaciones de temperatura a lo largo del año, y con veranos largos, tórridos y muy secos. El prolongado verano sevillano se extiende a lo largo de cuatro meses, de junio a septiembre y el calor suele ser agobiante, con medias máximas entre 31º y 35º. Sin embargo, durante el invierno, el frío es suave, con medias de mínimas entre 5º y 6º. Teniendo en cuanta las oscilaciones de la temperatura entre el verano y el invierno, el clima puede considerarse como moderado, con una diferencia media de 16º, valor incluido entre los climas considerados como moderados.

La precipitación media anual es de 591 mm, concentrándose en los meses invernales. Durante el verano la precipitaciones prácticamente desaparecen o se concentran en un solo día. Por eso se puede hablar de veranos muy secos. En cuanto a la humedad, atendiendo a la precipitación media anual con la temperatura media en el mismo período se obtiene un coeficiente de 33, por lo que el clima sevillano ha de considerarse como árido. El porcentaje de sol despejado en Sevilla es de dos horas de cada tres, siendo el período de noviembre a marzo el de menor insolación. Debido al relieve del valle del Guadalquivir, los vientos dominantes en Sevilla son, de modo muy marcado, del SO. en verano, y del NE. en invierno. Sin embargo, hay que destacar la frecuencia de los vientos encalmados, de menos de 3 km/h.

Bienestar climático

El Clima es uno de los factores que colaboran al asentamiento de una población. Sirve para explicar, al menos en parte, el tipo de habitat, determinadas costumbres de la población; y, al mismo tiempo, su estudio permite la correcta organización de los espacios internos de una ciudad.

El bienestar climático —relación entre el clima y hombre— es una de las dimensiones más importantes que condiciona fundamentalmente la vida en la ciudad. El bienestar climático se alcanza cuando hay un equilibrio entre la temperatura, la humedad relativa y la velocidad del aire. En Sevilla, la sensación de bienestar corresponde a una tercera parte del año, concentrada en los meses de marzo-abril y octubre-noviembre, óptimos para la vida en la ciudad. Por el contrario, en otra tercera parte del año, en los meses del largo verano, el ambiente se encuentra cargado de bochorno, lo que disminuye notablemente las posibilidades de la ciudad.

Dada la crudeza del verano y los inviernos relativamente moderados, la estructura de la ciudad se ha orientado fundamentalmente a la defensa de los calores estivales; igualmente, la casa tradicional sevillana se ha acondicionado para defenderse de los calores estivales más que para protegerse del frío. Como consecuencia del predominio de los vientos del SO., las industrias con humos nocivos deberían buscar su emplazamiento en las zonas septentrionales, lo que provoca su alejamiento de la zona portuaria. Los frecuentes vientos encalmados contribuyen a mantener elevados índices de contaminación, favorecido en el casco antiguo, donde la depresión de su relieve, la estrechez de sus calles y su estructura irregular obstaculizan las corrientes purificadoras de aire. El hecho queda agravado en verano, cuando las precipitaciones prácticamente desaparecen.

EL RÍO: MORFOLOGÍA Y FUNCIONES
Evolución del cauce

El río Guadalquivir —columna vertebral de Sevilla— ha experimentado con el paso de los años una profunda evolución. El centro de gravedad de la ciudad, en su crecimiento hacia el Este, se fue alejado del origen que le dio su ser: el puerto fluvial. Mientras que el cauce del río, como medida para evitar las inundaciones que históricamente castigaban a sus habitantes, se iba separando una y otra vez de la ciudad, alejándose hacia el Oeste.

El Puerto, situado antiguamente entre la Torre del Oro y el Puente de Barcas —desde donde se llevó a cabo un floreciente comercio con América— fue disminuyendo su actividad a medida que los barcos aumentaban de calado y Sevilla perdía su monopolio comercial. Desde entonces, al tiempo que se llevaban a cabo diversas cortas que facilitaban la navegación, fueron fracasando uno y otro proyecto de revitalización, y la Ciudad acabó por romper su vinculación con su Río.

Hoy se distinguen dos cauces diferentes: el antiguo o cauce histórico, actualmente convertido en una dársena; y el nuevo, fruto de los diversos cortes, cuya corriente discurre impersonal y rectilínea al pie del Aljarafe. La Dársena o cauce histórico es un largo brazo fluvial de 12 km cortado en el extremo norte, a la altura de San Jerónimo, y unido al cauce nuevo por el sur, mediante la esclusa, que salva un nivel del agua de 18 m. Presenta tres fragmentos claramente diferenciados.

La dársena y sus márgenes

El río saluda a la Ciudad por su cuadrante noroeste, y en sus dos márgenes es testigo mudo de dos sevillas absolutamente dispares. En la orilla izquierda se levanta el pasado, presidido por uno de los sectores del centro histórico más degradado, que ahora presta una nueva fachada a la Ciudad. Ésta mira ahora al río por los nuevos paseos que han sustituido a la antigua barrera de las vía férreas. Mientras, en la orilla derecha, se asoma la modernidad con los pabellones de la Exposición Universal de la Isla de la Cartuja. También, desde el Alamillo hasta Chapina, nuevos y espectaculares puentes y ponen en comunicación ambas orillas.

Pasado el Puente de Isabel II, la orilla izquierda es la más monumental y representativa, con edificios como la Plaza de Toros o la Torre del Oro. Los antiguos espacios portuarios y muelles han sido sustituidos por amplias avenidas y bulliciosos paseos. En la orilla derecha, ocupada en el pasado por el muelle de pescadores, Triana presenta las castizas fachadas de la calle Betis. Pasando el Puente de San Telmo encontramos a la izquierda el Palacio del mismo nombre, desde donde arrancan una serie de jardines y paseos con la Exposición Iberoamericana como fondo; en primer plano aparecen los muelles cuyo silencio habla de la perdida actividad portuaria. En la margen derecha se eleva el moderno barrio de los Remedios, que toma el nombre del convento preexistente. Instalados a lo largo de la orilla se encuentran tres sociedades deportivas y de recreo, y la actual Fábrica de Tabacos.

A partir del Puente de las Delicias, cegado el primitivo cauce de Tablada, surge un espacio portuario mezcla de paisaje fabril, de abandono y desguace. En la orilla izquierda aparece el muelle más activo del Puerto, seguido de una serie de instalaciones industriales, almacenes, depósitos y silos, para acabar en el arranque del Canal Sevilla-Bonanza, espejo de toda una historia de frustraciones urbanas. En la margen derecha se presenta un paisaje semejante con las instalaciones industriales y la dársena del Batán y los Astilleros Elcano. Este Tramo se pone en comunicación con el verdadero cauce a través de La Esclusa, sobre la que se eleva el Puente del V centenario.

CARTOGRAFÍA DE SEVILLA

Evolución del plano


La ciudad de Sevilla ha experimentado en los dos últimos siglos un extraordinario crecimiento. Comparando los planos, podemos determinar con claridad cuáles han sido las principales reformas, ensanches y expansiones llevadas a cabo en la ciudad tradicional. Aunque desde mucho antes está formada la trama básica de la ciudad, en el período abarcado por la serie de planos estudiados la ciudad incorpora elementos muy fundamentales de su estructura física (las mayores plazas, los puentes sobre el Guadalquivir, el ferrocarril, los muelles, el arbolado de las calles y los jardines, etc) y pierde o cambia el destino de muchos otros (las murallas, las huertas intramuros, los conventos desamortizados, etc).

El Plano de Olavide

Entre los planos más conocidos de este largo período destaca con luz propia el Plano de Olavide levantado en el año 1771. Es el primer plano conocido de la ciudad y, como fruto de las ideas ilustradas del Asistente, es la primera representación cartográfica con carácter científico de Sevilla: y por ello, es el punto de partida del estudio de la evolución morfológica de la ciudad. En él se descubre una Sevilla todavía reducida a lo que hoy llamamos Casco histórico —dividido en cinco sectores o cuarteles, barrios y manzanas— y protegida aún por las murallas de las frecuentes riadas del Guadalquivir. En ellas se abrían las puertas y los postigos a través de las que se llevaba el control aduanero de las mercancías que entraban y salían de la ciudad. Recibían el nombre de los caminos, lugares próximos o mercancías que controlaban: eran las puertas de Jerez, de Carmona, de la Carne, del Osario, del Sol, de la Macarena, de la Barqueta, Real, de Triana, etc; o los postigos del Aceite y del Carbón. Sevilla aparece emplazada entre al Río Guadalquivir al Oeste y el arroyo Tagarete al Este, que desemboca en Río al Sur, junto a la Torre del Oro.

La Sevilla de Olavide

La Ciudad intramuros mantenía aún un plano básicamente irregular de calles estrechas, entre las que apenas se descubren grandes espacios abiertos y cuyos edificios presentaban una escala casi rural, de casas de una o dos plantas. La única transformación urbana de cierta envergadura es la Alameda de Hércules. El sector norte tiene las manzanas de mayor superficie. El sector sur de la ciudad es el más noble y representativo: alberga y concentra todos los edificios notables, civiles y religiosos, como los Reales Alcázares, la Catedral, la Casa de Contratación, la Real Audiencia, la Casa de la Moneda y el Ayuntamiento. También se encuentran en este sector los grandes palacios urbanos, como el Arzobispal o el de los Duques de Medinaceli.

Extramuros a la Ciudad y junto a las puertas principales, habían crecido los arrabales, dedicados a actividades peculiares. El arrabal de los Humeros, cuyos vecinos se dedicaban a la pesca y su ahumado, de ahí su nombre. Los arrabales de la Macarena y de la Calzada, habitados por agricultores de las huertas y campos próximos. El de San Bernardo, inmediato al matadero del que vivían sus vecinos. Los arrabales de la Carretería y el Baratillo y los de la Cestería y la Resolana —en el Arenal, inmediato al Puerto— se dedicaban a actividades portuarias. Al otro lado del Río, el gran barrio de Triana unido a la ciudad por el primitivo puente de barcas. Sus habitantes se dedicaban a la pesca y a la alfarería.

Igualmente, fuera de las murallas se sitúan, al Sur de la ciudad, los grandes edificios del Colegio de San Telmo y de la Fábrica de Tabacos, aislada ésta de la Ciudad por un foso. En el Arenal se encuentra la primitiva Plaza de Toros de la Maestranza y las antiguas naves de las Atarazanas, ocupadas en parte por el Hospital de la Caridad; y el Castillo de San Jorge en Triana.

EVOLUCIÓN CARTOGRÁFICA
Las primeras reformas

El Plano Geométrico de 1788 recoge las defensas contra las riadas de las puertas de la Barqueta y los paseos arbolados de la margen del río desde la Puerta Real hasta la Torre del Oro y representa con detalle el arrabal de Triana. El Plano Topográfico de Arjona de 1832 muestra las obras realizadas en el Paseo de las Delicias, desde el Tagarete hacia el Palacio de San Telmo. En Triana pueden observarse las trazas del nuevo mercado en el lugar del Castillo de la Inquisición y las defensas del río y el malecón de la calle Betis. El Plano de Sartorius de 1848 introduce como novedades el desarrollo de los barrios de los Humeros, Cestería y Arenal. La Fábrica de Gas, la Plaza de Armas y la prolongación del arbolado hasta la Puerta de San Juan terminan de configurar este sector; en el extremo Sur aparece claramente trazado el Paseo de Cristina. El interior recoge todas las modificaciones realizadas durante la primera mitad del Siglo: se dibujan minuciosamente las plazas de los Descalzos, Encarnación, Museo y Magdalena.

El Plano de Álvarez-Benavides de 1868 es el primero orientado hacia el Norte. La Ciudad aparece perfectamente delimitada por el doble trazado del ferrocarril. Toda la periferia inmediata a la margen izquierda del río empieza a tomar fisonomía urbana por la aparición de almacenes, talleres, fábricas, cuarteles, prisión. Han desaparecido muchos tramos de muralla, especialmente al oeste; se mantienen los lienzos, torres y puertas prácticamente completas al norte y han sido eliminadas parcialmente al este. En el casco urbano destaca la apertura de la Plaza Nueva y la persistencia al norte de la huerta de los Toribios. En el ángulo suroeste se representa con detalle las huertas y jardines del palacio de los duques de Montpensier, el paseo de las Delicias y el de Cristina. El arroyo Tagarete aparece parcialmente abovedado; y en el Río ya se dibuja el Puente de Isabel II.

La expansión del plano

El Plano del Ejército de 1870 muestra una Ronda cada vez más definida y ha desaparecido la muralla a todo lo largo del río. Están a la vista los caminos y vías de acceso a la ciudad y se apuntan, marcadas por el arbolado, las líneas de expansión futura. En el de 1884 ha continuado el proceso de derribo de las murallas y los nuevos espacios construidos se van ajustando a las alineaciones previstas. Aparecen calles nuevas como la de Arjona, jardines como el de Eslava y reordenaciones como la de La Alameda. El Plano Taquimétrico de 1890 destaca particularmente la vegetación urbana, y especialmente el arbolado, que compone un anillo prácticamente completo en torno a la ciudad; están detalladamente representados los espacios ajardinados del Sur. El Plano de Padura de 1891 presenta los espacios ajardinados dibujados con detalle, asi como algunos trazados antes desconocidos, como el de la Catedral o el del Hospital de las Cinco Llagas.

El Plano General de 1902 insinúa tres áreas de expansión en torno a los ejes de la calle Oriente, el camino de Alcalá y la Palmera. Los jardines de los Montpensier vienen denominados como Parque. Aparece el meandro de Tablada y el curso del Tamarguillo. El Plano de Poley de 1910 tiene representada con claridad la red de tranvías que marca ya los principales ejes de circulación N-S y E-O y la Ronda como circunvalación. La calle Oriente y el camino de Alcalá se presentan como líneas de crecimiento de la ciudad; entre ellas se muestra ya un tejido urbano continuo. El Plano de Riegos de 1918 nos presenta una Sevilla en la que han dejado huella los planes de ensanche hacia el Este y el Sur con los proyectos de Nervión o el Porvenir. Entre las reformas previstas para la Exposición Iberoamericana de 1929 aparece la Plaza de América con su configuración actual. El Canal de Alfonso XII está representado a punto de ser conectado con el cauce del río.

MORFOLOGÍA URBANA DE SEVILLA
Forma general de la Ciudad

La leve topografía del emplazamiento sevillano ha dado lugar a una forma general de la ciudad que se extiende homogéneamente en la llanura. El Río que la cruza se divide en dos brazos al Norte, en San Jerónimo, y se vuelven a unir en la Punta del Verde, en el extremo Sur. La Dársena crea una amplia curva que rodea a la Ciudad por el Oeste lo que ha significado un importante obstáculo para su extensión en esta dirección. Por ello, si consideramos como centro geográfico natural de Sevilla el histórico de la Plaza de la Encarnación, el centro de gravedad de la masa urbana se desplaza claramente hacia el Este, lo que pone en evidencia las tendencias de crecimiento de la Ciudad, alejándose del Río.

La ronda interior que rodea el casco antiguo, la intermedia sobre antigúas vías o canales y la exterior, así como las principales vías de intercomunicación que desde el extrarradio se dirigen hacia el centro, han sugerido la forma de la Ciudad como la de un amplio abanico, que apoyado en las márgenes del Río, se despliega con una cierta irregularidad desde San Jerónimo al Norte, por Santa Clara, al Parque Amate al Este, el Cerro del Águila, las 3.000 Viviendas y Heliópolis al Sur.

El Casco antiguo

El centro de la ciudad mantiene considerablemente bien conservada la primitiva estructura musulmana con su entramado de calles estrechas, no alineadas y caserío compacto aunque bajo, y sin orden aparente. El casco antiguo de Sevilla se corresponde casi exactamente con el interior de la ciudad amurallada; además de algunos arrabales entre los que destacan Triana o San Bernardo; y el entorno del Parque de María Luisa.

En el cuadrante noroeste del casco, el barrio de San Vicente presenta un plano de calles trazadas ortogonalmente. Desde las plazas de Europa y de Santa Catalina arrancan sendos planos radiales de calles. Sólo hay dos pequeñas operaciones de mayor amplitud, de Norte a Sur la Avenida de la Constitución, de Este a Oeste el eje Campana-Laraña-Imagen. Los únicos espacios amplios despejados de edificios son La Alameda de Hércules, La Plaza Nueva y los jardines del Alcázar-Murillo y María Luisa, además de múltiples plazas de pequeñas dimensiones y apenas perceptibles en el plano.

La ciudad moderna

El plano de la Sevilla moderna no tiene una estructura dominante. Pero, un análisis más detallado permite distinguir diferentes tipos de planos: rectangular, radioconcéntrico, funcionalista, aunque todos ellos están intercalados y sin conexión aparente.

Los mejores ejemplos de planos rectangulares lo constituyen barrios de características muy distintas, como Los Remedios, Nervión y el Cerro del Águila; otros muchos de menores dimensiones se distribuyen por todo el plano de la Ciudad. Pocos ejemplos se descubren de planos radioconcéntricos: aparecen dos minúsculos ejemplos uno en el entorno de la Plaza de Cuba, otro en Ciudad jardín de Nervión y un tercero en Amate, todos ellos incompletos. Tipos especiales lo constituyen los ejemplos de ciudad jardín, como es el caso de Heliópolis, Santa Clara o alguna de las urbanizaciones de Sevilla Este.

El resto de la gran superficie urbana esta compuesta por planos funcionalistas con edificaciones de bloques altos separados irregularmente por supuestas zonas ajardinadas como los grandes polígonos de San Pablo, Sur y Norte; o tantos otros como Rochelambert, Santa Aurelia, y un extenso etcétera.

LAS PLAZAS DEL CASCO HISTÓRICO
Plazas de carácter funcional

Hay en Sevilla un grupo de plazas vinculadas con los avatares de la vida pública de la ciudad, y que en un período determinado fueron centro de la política, religiosidad y sociedad sevillana. De este tipo son el conjunto de las plazas del Salvador, del Pan, Pescadería y Alfalfa. Constituyeron un núcleo que englobaba el Foro, la Basílica romana y, posteriormente, la Mezquita, la Alcaicería, etc. A comienzos del siglo XVI se sitúan en la Plaza de San Francisco las sedes de las instituciones civiles. La ausencia de una auténtica Plaza Mayor hace que en el siglo XIX se lleve a cabo la tardía apertura de la Plaza Nueva como espacio representativo de la ciudad y fachada del Ayuntamiento.

Existe otro conjunto de plazas cuyo rasgo fundamental es el carácter mercantil, produciéndose una cierta especialización en función de la localización de dichos espacios en la ciudad; tal especialización se derivaba de la obligatoriedad de introducir ciertos tipos de mercancías por determinadas puertas de la ciudad. A este grupo se corresponden las plazas de la Alfalfa, Pescadería, San Lorenzo, etc.

Otro grupo menos numeroso pero con rasgos bien definidos lo constituyen las plazas gremiales, cuyos mejores exponentes forman la trilogía de las plazas de Zurradores, Curtidores y Refinadores. En ellas se asentaron los correspondientes hospitales o casas de hermandad desde fines del siglo XV y fueron utilizadas como cementerios locales, además de constituir auténticos núcleos de actividad laboral especializada.

Plazas de origen morfológico

Las Plazas-Puerta tienen su origen en las dilataciones que se producían frente a las entradas de los sucesivos recintos amurallados, tanto interior como exteriormente. Es destacable una frecuente configuración triangular como consecuencia de la convergencia de caminos exteriores, y el uso característico como punto de control de las mercancías y personas que entraban en la ciudad, como lugar de aplicación de justicia, y a veces como mercado especializado. Así son las plazas de la Puerta Real y de Triana, las plazas de Europa y de Santa María la Blanca.

Existe un buen número de plazas parroquiales que se sitúan frente a la puerta principal, a los pies del templo. nacen en función de éste, por la liberación del espacio preciso al tiempo de la construcción de la iglesia, como ocurre en el caso de San Marcos o San Román. Un original tipo de plazas dobles tienen su fundamento en la sustitución de las primitivas mezquitas por templos cristianos que generan, al modificar las proporciones y la orientación, sendos espacios laterales. El mayor o Plaza Grande da acceso al templo y el menor se convierte en Cementerio parroquial y posteriormente en Plaza Chica. De este tipo son las plazas de San Vicente, San Isidoro y San Lorenzo.

Frente a ciertas casa-palacio y alguna institución o edificio público de carácter civil se plantean aquellas plazas cuya finalidad es la creación de un espacio de prestigio. Estos surgen por la compra de las casas necesarias para su posterior derribo y reordenación. Así ocurre en el caso de las plazas del Duque, Pumarejo y de Pilatos; o las plazas de la Contratación y Zurbarán.

Apartado especial merecen las plazas que nacen en el siglo XIX como consecuencia de las ideas reformadoras de los diferentes gobiernos. De esta centuria son las plazas de la Encarnación, la Magdalena y Santa Cruz y las plazas del Duque y de Doña Elvira. Tras el proceso desamortizador se proyectan las plazas del Cristo de Burgos y del Museo y la Plaza Nueva.

CASA Y VIVIENDA EN SEVILLA
La casa-patio tradicional

El punto de partida de la casa-patio sevillana fue la casa mediterránea antigua con la aportación musulmana. Esta casa unifamiliar basaba su organización funcional en la existencia de un patio. El patio era el núcleo que generaba la configuración formal de la vivienda. La inexistencia de calles como espacios públicos y el predominio del macizo en las fachadas de las casas, contribuían a potenciar el papel del patio.

La transformación más amplia y profunda del caserío sevillano se produjo durante el siglo XVI, bajo la influencia de las ideas del Renacimiento italiano. El contacto de Sevilla con ciudades italianas como Génova era intenso y de ella llegaban materiales constructivos como columnas de mármol. Así, se generaliza el patio de mármol en el que se incorpora la escalera como elemento emblemático de la vivienda. La fachada de composición unitaria, característica de la casa sevillana surge en el barroco, durante los siglos XVII Y XVIII; en ella, tanto como en el patio, se inicia el empleo del color. La altura aumenta a una tercera planta y aparecen las fachadas avitoladas, con gran cornisa de remate y balcón central diferenciado. También se utiliza el hierro forjado en herrajes de ventanas, cierros y balcones.

En el siglo XIX, la casa-patio neoclásica sigue el desarrollo de las anteriores pero modifica la fachada buscando una mayor unidad y sobriedad compositiva. La influencia romántica abre el portal a la calle mediante una cancela por la que se divisa el patio. Al exterior predominan los colores pastel en combinación con el blanco.


La vivienda colectiva

El origen del Corral de vecinos puede remontarse a época romana y está ya formalizado en época musulmana, manteniéndose inalterable hasta bien entrado el siglo XX. El Corral tenía una organización colectiva que se basaba en un patio más o menos amplio; en su centro, una fuente o pozo surtía de aguas a todos los vecinos. El patio estaba rodeado de dos plantas de corredores en los que se abrían las puertas de las habitaciones-salas como viviendas familiares con sus correspondientes fogones-nicho. Esto se completaba con un pequeño servicio común por planta y un patinillo-lavadero. Su mayor esplendor correspondió a los siglos XVI-XVII y XIX, coincidiendo con los momentos de mayor auge poblacional e inmigratorio de la ciudad. Modelo semejante lo constituyen la Casa de vecindad o de partidos que comparten la misma organización colectiva de los corrales, pero se constituían sobre algún palacio en decadencia o convento desamortizado adaptados a tal fin.

En el siglo XIX, la mayor rentabilidad de los solares, exigió un mejor aprovechamiento de las manzanas con la apertura de nuevas calles para la ocupación intensiva de solares interiores. Surgió así el Pasaje estructurado linealmente con casas de pisos con fachadas a una calle. El pasaje —calle mitad privada mitad pública, a veces acotada con verjas— sustituyó al patio en la organización colectiva de la vida vecinal.

Finalmente, la rentabilidad del espacio habitable de los inmuebles se materializó en el aumento de número de plantas de los edificios. Se incorporaron nuevos tipos de vivienda colectiva como las Casa de pisos, cuya escalera de uso común sustituyó definitivamente al patio. Sus fachadas homogéneas estaban reglamentadas y sus huecos regularizados marcaban con la altura una diferencia social progresiva al aumentar la incomodidad de acceso. Esta nueva vivienda colectiva aportó a la morfología urbana tipos internacionales con los que Sevilla se aproximaba a los conceptos de vivienda moderna.

LA SEVILLA INDUSTRIAL
Los sectores industriales

En la industria sevillana los sectores de alimentación, metal y química totalizan el 55% de las industrias de la ciudad, el 65% del empleo y el 80% de la producción. La rama del metal —dadas las características de sus instalaciones y tipo de producción— aparece como la más extensa de la ciudad con factorías de relieve, que le dan el característico aspecto industrial. Al contrario que la de materiales de construcción que tiene su producción en la propia ciudad con una gran movilidad.

El sector de la alimentación aparece como el de mayor peso tanto por el número de empresas como por el total de su producción, ocupando un segundo puesto por el número de puestos de trabajo. La rama del metal, aunque ocupa un segundo puesto por el número de sus empresas y por su producción, alcanza el primer puesto por el número de empleados. En la industria química es significativo lo reducido de sus empresas y empleo y su alta producción, al contrario que las empresas de la madera y el corcho. Las restantes ramas (textil y confección, papel y artes gráficas, cuero y piel) adquieren características modestas en su conjuto debido al volumen de alguma de sus factorías.

Distribución industrial

La distribución espacial de la industria sevillana viene marcada por el año de 1946 en que se elabora y publica el primer Plan General de Ordenación Urbana, en el que se decide la zonificación de la Ciudad y la determinación de los espacios industriales. Desde antiguo, el Casco es una zona ocupada por numerosos establecimientos industriales, un tercio del total, entre las que, en general, prevalecen las pequeñas industrias y se encuentran representadas todas las ramas. Su emplazamiento está confundido y entremezclado en pleno espacio residencial. Se establece una marcada diferencia entre el sector sur y norte del casco, tanto por el volumen de las industrias como por su número, siendo la mitad Norte la más industrializada.

Una segunda zona corresponde a un cinturón, que apoyado sobre la margen izquierda del Río, en su punto de partida, y de la dársena en su término, circunda el Casco siguiendo el movimiento de la ronda, y cuya profundidad variable viene en gran parte dada por los antiguos arrabales sevillanos. Dentro de este cinturón se perfilan dos espacios con especial relieve: el del comienzo de la carretera de Carmona y el del Barrio de San Bernardo con la presencia de las industrias militares. Desde el punto de vista industrial es una zona de transición en la que la confusión entre zona industrial y residencial no es tan marcada.

La tercera zona está formada por el cinturón más exterior, en contacto con la anterior a través de ls principales vías de comunicación exterior. Dentro de ella los establecimientos disminuyen sensiblemente en número pero aumentan en volumen y capacidad. En este espacio se tiende a una separación absoluta entre las zonas residenciales y las industriales. En ella aparecen los grandes polígonos como cuñas interpuestas entre las distintas zonas residenciales, prolongándose a lo largo de las principales vías de comunicación. Así, en el sector este, la carretera de Málaga es el gran eje desde La Cruz Campo hasta Alcalá; o la de Cádiz, al sur; en el sector norte destaca el núcleo fundamental de San Jerónimo, junto a la estación ferroviaria y el de los polígonos Calonge y Store en el contacto entre la carretera de Carmona y la autopista de San Pablo. El núcleo industrial del Puerto, establecido a ambas mágenes de la Dársena, es el de mejor dotación industrial de toda la ciudad, en el que sobresalen industrias como la Fábrica de Tabacos, C.A.S.A., Abonos de Sevilla, Astilleros Españoles, etc.

LA SEVILLA COMERCIAL
Estructura comercial básica

La estructura comercial de Sevilla se compone de cinco grandes grupos: comercios de bienes perecederos (alimentación, droguerías, papelerías, estancos, bares y cafeterías, etc), comercios de bienes semiduraderos (vestido, calzado, deportes, etc), comercios de bienes duraderos (electrodomésticos, mobiliario, sanitarios, etc), Grandes Almacenes y Grandes Superficies. Dentro de esta estructura, el comercio tiende a concentrarse dentro de determinadas áreas, estableciendo jerarquía de zonas, basadas en la especialidad y calidad de los productos, o creando verdaderos vacíos. Conforme disminye el nivel de especialización aparece una mayor dispersión espacial, alcanzádose la dispersión máxima en los comercios de bienes perecederos.

Existe en primer lugar un gran núcleo comercial, emplazado dentro del espacio Sur del Casco. La importancia, no sólo local sino regional de este centro, se manifiesta por la variedad del sector. Es la zona de mejores establecimientos comerciales de la ciudad. En este espacio predominan los establecimientos dedicados al comercio de bienes semiduraderos y duraderos. Siguen en importancia comercial la zona norte del casco y la occidental de la ciudad, particularmente Los Remedios. En las restantes zonas de la Ciudad aparecen dominadas por una componente fundamental de comercios de bienes perecederos cuya misión es atender las necesidades más inmediatas y menos especialiazadas de la población.

Concentraciones comerciales

Los minicentros son las concentraciones más elementales. Están formados por tiendas de artículos de uso común, diario e inmediato, como alimentación, farmacias, bares, etc. Su área de influencia suele ser muy reducida, condicionada por la proximidad al domicilio.

Los subcentros amplían su radio de acción y constituyen verdaderos núcleos de atracción comercial de mayor especialización. Pueden formarse a lo largo de una calle y sus confluentes y su área de influencia se corresponde con el barrio y barrios limítrofes. En ellos se concentran comercios de bienes semiduraderos y duraderos: electrodomésticos, mobiliario y menaje, zapaterías, ropa, librerías, etc.; y en sus proximidades suelen encontrarse enclavados mercados. Así son las calles Paulo Orosio, Marqués de Pickman, Reina Mercedes, Asunción, San Jacinto o Feria.

El Centro principal ejerce su atracción sobre toda la Ciudad. En Sevilla, se emplaza en la zona Sur del Casco y ofrece la máxima especialización y calidad en los establecimientos de todo tipo. Destacan las grandes librerías o papelerías técnicas, los establecimientos de alta confección, musicales, joyerías, ópticas, etc. En él, sobresale indiscutiblemente la presencia de los Grandes Almacenes que, al convertirse en un potente foco de atracción, arrastran y crean un área comercial en torno suyo. Este Centro principal se extiende en su eje N-S, desde la Avenida hasta la Plaza del Duque; y en el eje E-O, desde La Encarnación hasta Reyes Católicos; constituyen núcleos fundamentales calles tan conocidas como Sierpes, Tetuán, O’Donnell, San Eloy, o los ejes de La Campana a Imagen o de Puente y Pellón a la Plaza del Pan.

Los hipercentros son el fenómeno comercial más llamativo en la actualidad. Las grandes superficies comerciales, por sus necesidades de espacio, se instalan en la periferia urbana y próximas a importantes vías de comunicación han desplazado el centro de gravedad comercial hacia el extrarradio de la ciudad. Estos grandes sistemas comerciales están en viva competencia con los pequeños comercios que a duras penas resisten la férrea competición que establecen.

LA POBLACIÓN DE SEVILLA
Evolución demográfica

El siglo XX marca una reactivación en la evolución demográfica de Sevilla, que puede calificarse de rápida y continua. La población de la ciudad pasará de los 147.271 habitantes de 1900 a los 683.028 del censo de 1991. El favorable proceso vegetativo, que se ha dado durante el siglo, se debe en gran parte a la constancia mantenida de sus elevadas tasas de natalidad, que en los primero decenios restaban importancia a la elevada mortalidad. En los últimos decenios la fuente de alimentación demográfica para la ciudad la han constituido, además del descenso acentuado de las tasas de mortalidad, la inclusión el censo sevillano de los nacidos en la provincia.

Sevilla —la gran metrópoli del sur— a lo largo del siglo XX, de ciudad fuertemente receptora de inmigrantes, pasa a ser progresivamente emisora de emigrantes. Así, mientras las altas tasas de crecimiento se justifican en la primera parte del siglo por la inmigración, en la segunda mitad se produce un fenómeno regresivo por el que esta alcanza valores negativos de emigración hasta nuestros días. Durante los cuatro primeros decenios del siglo, la ciudad consigue no sólo evitar una regresión poblacional sino incrementarse debido casi exclusivamente a la afluencia de inmigración. Desde 1951 se advierte un retroceso en la inmigración debido a la orientación de la emigración rural hacia otros puntos de la geografía nacional o el extranjero. Este fenómeno se intensifica en los decenios siguientes, llegándose a un saldo migratorio negativo en la ciudad. Si bien es cierto que es el momento en que comienza la inmigración a los municipios colindantes hoy incorporados a su Área metropolitana. En los últimos decenios la capitalidad autonómica de la ciudad ha producido cierta reactivación de la inmigración.

Estructura de la población

La lectura comparada de las pirámides de población correspondientes al período 1930 a 50, nos permite descubrir una intensa inmigración en edad laboral, que se manifiesta por el desarrollo progresivo de los gradientes correspondientes a las edades intermedias. La pirámide de 1950 sigue marcando la erosión de la base, coincidente con la primera gran inflexión en tasa de natalidad de todo el siglo. Aumenta la superficie del gradiente de los mayores de 65 años, fenómeno correlativo a la regresión de la mortalidad. La pirámide de 1970 marca un intenso rejuvenecimiento con la presencia de una amplia base que reforma las anteriores pirámides, ofreciendo una estructura triangular, explicable por la reactivación de las tasas de natalidad y el descenso de la mortalidad infantil. El máximo alacanzado en estos años va descendiendo progresivamente hasta la pirámide de 1991, que aunque sigue manteniendo los gradientes de las edades intermedias correspondientes a la población en edad productiva, hay un notable aumento en los tramos de las edades superiores que se contrarresta con una disminución proporcional de los grupos infantiles, manifestación el primero del aumento de la calidad de vida, y de la baja tasa de natalidad de lo últimos decenios, el segundo.

La ciudad, tras un período de envejecimiento de los 30 a los 50, inicia un rápido proceso de rejuvenecimiento, en el que influyen como factores positivos sus altas tasas de natalidad y la regresión de las tasas de mortalidad infantil y como negativo la emigración de parte de la población en edad laboral. La inmigración se hace regresiva a través de los años, lo que unido al fenómeno de la emigración, influirá en una futura contracción de las tasas de natalidad que se detienen e involucion a partir de los años 70. En todo esto se evidencia un nuevo proceso de envejecimiento, dada la importancia de las edades intermedias, sobre las que recae la responsabilidad de la ciudad y de su población y el aumento progresivo de las edades superiores, frente a la notable disminución de las infantiles.

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Trabajando en la clase

martes, 15 de febrero de 2011

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Tema 7.La ciudad

TEMA 7.- LA CIUDAD EN ESPAÑA: MORFOLOGÍA Y ESTRUCTURA. EL SISTEMA DE CIUDADES EN ESPAÑA.

1.- EL CONCEPTO DE CIUDAD. LA URBANIZACIÓN
El fenómeno más importante de los últimos decenios lo constituye el aumento de las poblaciones urbanas, esto es un fenómeno universal y se produce tanto en los países industrializados como en los países en vías de desarrollo.
Se entiende por urbanización la progresiva concentración de la población en las ciudades, lo que implica un incremento de la población urbana.
a) Criterios para definir la ciudad: Los criterios para definir lo qué es un núcleo urbano son, en primer lugar, numéricos. Se clasifican como urbanas aquellas poblaciones agrupadas en un mismo lugar a partir de un cierto límite numérico. En España este es el criterio utilizado por el Instituto Nacional de Estadística, que sitúa el umbral de población urbana en 10.000 habitantes. Es un criterio incompleto pues contabiliza a la población de todo el término municipal.
La tasa de urbanización se halla relacionando la población que vive en las ciudades con la población total: es un porcentaje y su fórmula es:
Población urbana/ población total x 100= tasa de urbanización.
Otro criterio para definir la ciudad es el sociológico:
Según Whirth, para definir lo que es una ciudad hay que distinguir qué es el “modo de vida urbano” es decir, cuales son las normas, los valores, los comportamientos y las actitudes de los habitantes de las ciudades. Según este autor, las características de la ciudad en contraposición con el medio rural son: aislamiento social, permisividad social, superficialidad de las relaciones sociales, anonimato, espíritu de competencia, gran movilidad, debilitamiento de las relaciones familiares:
“Anónimos y desterrados en el ruidoso tumulto callejero, van los ciudadanos, y se amontonan y se hacinan. En amargas colmenas los clasifican y allí, tan ignorantes como ignorados, crecen y se multiplican”. Serrat: “ciudadano”.
Criterio funcional: se basa en las actividades económicas propias de la ciudad y distintas al mundo rural.
Criterio morfológico: La alta densidad de población, las edificaciones, viviendas en altura.
b) La morfología urbana es el aspecto externo que presenta la ciudad.
Es la forma de la ciudad que combina el plano, los edificios y los usos del suelo. El plano se compone de espacios libres y superficies construidas, los usos del suelo se refieren a la utilización del espacio en función de las necesidades de la población: residencial, industrial, comercial, infraestructuras, y equipamientos.
Para analizar y conocer una ciudad hay que estudiar distintos aspectos de la misma:
• El emplazamiento de la ciudad:
Es el lugar concreto donde se asienta la ciudad, lo que condiciona en cierta forma su paisaje y su crecimiento. Por ejemplo, en el golfo de Cádiz.
• La situación:
Hace referencia a la posición de la ciudad en relación a su entorno, es decir a los grandes conjuntos geográficos o económicos donde se sitúa. Cádiz se sitúa al sur de España, frente al estrecho de Gibraltar.
• El plano o planos:
Es el conjunto formado por las superficies construidas y libres de la ciudad: edificios, calles plazas y parques. Suele responder a tres tipos: Irregular, radiocéntrico y ortogonal o en damero.
• La construcción
Incluye la trama o disposición de los edificios que puede ser abierta o cerrada, y la edificación que puede ser colectiva y en altura o individual, viviendas adosadas o exentas.
• Los usos del suelo
Se refiere a la distribución del espacio urbano en diferentes zonas de la ciudad, en relación a la utilización del suelo, por ejemplo áreas comerciales y de negocios, polígonos industriales, áreas de recreo, zonas residenciales, parques, etc.

2.-PROCESOS DE URBANIZACIÓN: FACTORES Y CONSECUENCIAS
A lo largo del siglo XX la tasa de urbanización en España ha ido creciendo. Entre 1900 y 2000, la población urbana ha pasado de ser el 32,2 % al 78%, es decir, que la población urbana se ha multiplicado por cinco.
Este proceso no ha sido igual en todas las ciudades. Entre 1969 y 1979, época en la que más aumentó la tasa de urbanización debido a la emigración del campo a la ciudad, serán las ciudades más grandes las que tienen las tasas más elevadas. Pero desde los años 80, las grandes ciudades comienzan a ralentizar el crecimiento como consecuencia de los grandes problemas que tienen que afrontar: carestía de viviendas, subidas de precios de los pisos, crisis del empleo, etc. Por esto, en estos años crecen más las ciudades españolas medianas y pequeñas.
La distribución de la urbanización española presenta muchos contrastes. El más destacado es que las ciudades del interior, de la región Castellano-Leonesa, Extremadura, o La Mancha, tienen tasas de urbanización mucho más bajas que las del litoral, exceptuando, claro está, Madrid, que tiene la tasa más alta del país. La tasa de urbanización española está próxima a la media europea.
1.-Factores que han intervenido en el proceso de urbanización:
• Las razones que explican la urbanización, se refieren al crecimiento de las actividades económicas en las ciudades, pues estas son las que atraen a la mano de obra. Existen también razones de carácter histórico, cultural o geoestratégico que hacen que una ciudad crezca en un momento determinado.
• El principal factor ha sido la industrialización y su concentración en la zona de Cataluña, País Vasco y Madrid, han hecho de estos lugares los más urbanizados; pero también el turismo ha provocado un gran aumento de la urbanización, sobre todo de las costas mediterráneas, como Benidorm, Torremolinos o Marbella.
• Otro factor a tener en cuenta es la influencia que ejerce sobre su entorno una gran ciudad. Así, los núcleos próximos a estas grandes ciudades, incrementan su población, por ejemplo en Madrid o la zona del Aljarafe en Sevilla.
• Otro factor es el hecho de que la actividad primaria haya ido disminuyendo y la mano de obra del campo se vaya a las ciudades. Sin embargo en los últimos años se han desarrollado técnicas agrícolas, como el regadío, los cultivos bajo plásticos, etc., que se dan en Almería, Murcia, Valencia o Canarias y que han atraído mucha mano de obra a las ciudades cercanas.
2.-Consecuencias del proceso de urbanización:
• La primera consecuencia es el despoblamiento de las zonas rurales en muchos lugares de España. Los municipios de menos de 10.000 hb. han perdido mucha población desde mediados del siglo XX.
• Otra consecuencia es la demográfica, pues el paso a vivir en las ciudades comporta cambios en la población: Las ciudades tienen más población joven, y en ellas se da una menor tasa de natalidad.
• Pero la más grave de las consecuencias es el deterioro del medio ambiente, el alto consumo de energía, la degradación del paisaje, el gasto de agua, la contaminación atmosférica, etc…

3.-TIPOS DE CIUDADES ESPAÑOLAS A LO LARGO DE LA HISTORIA:
Gran parte de las ciudades de España presentan un importante pasado histórico. Cada época ha dejado su sello en la forma de las ciudades.
• Las primeras ciudades de la península son de época de colonización fenicia y griega, (siglo VIII a.c.). Destaca la ciudad de Cádiz, que tiene 3.000 años de antigüedad, también otras del litoral catalán y mediterráneo.
• La época romana representó un avance en la consolidación de las ciudades. Los romanos crearon un modelo propio y fundaron numerosas ciudades, algunas sobre poblaciones ya existentes de tiempos prerromanos y otras nuevas, entre las que destacan Itálica, Zaragoza, Mérida, etc. La aportación principal de la urbanización romana es el plano ortogonal, un trazado urbano en cuadrícula y en torno a dos ejes o líneas que se cruzan llamados el cardo y el decumano. El plano romano es un plano geométrico muy utilizado después en la fundación de nuevas ciudades, sobre todo en América con la conquista española.
• La época medieval conoció un periodo de despoblación de las ciudades debido a las invasiones y la inseguridad. Con el proceso de la Reconquista se fueron fundando ciudades nuevas como, Segovia, Ávila, Salamanca, que servían de lugares de defensa de los territorios. Por otro lado, la conquista de los musulmanes creo un nuevo tipo de ciudad, la ciudad musulmana, que se emplazaba en lugares estratégicos y defensivos, por ejemplo, al lado de un río o de un barranco. Las casas se construían muy juntas unas encima de otras y se protegían por una muralla. El el plano que forma la ciudad musulmana era totalmente irregular, calles de trazado sinuoso, torcidas, quebradas, sin salida, con numerosos callejones ciegos llamados adarves que son muy representativos de la ciudad musulmana. La ciudad cristiana de esta época, sin embargo, dedicada a la agricultura y ganadería, era un pequeño recinto amurallado con calles estrechas y centradas en torno a una plaza donde estaba la iglesia.
• En la Edad Moderna, con el aumento demográfico y el desarrollo cultural, crecieron las ciudades, mejoraron las infraestructuras urbanas y se remodelaron las calles. También se crearon las plazas mayores donde se sitúa el Ayuntamiento y donde se hacían las fiestas. Destaca la Plaza Mayor de Madrid.
• Durante el siglo XVIII, el Reformismo Ilustrado cambió las formas de la ciudad: se mejoró la estética buscando la belleza del entorno. También mejoraron las condiciones sanitarias, se construyeron monumentos, avenidas, bulevares, puentes e infraestructuras.
• El siglo XIX fue muy importante para las ciudades españolas. Estas seguían creciendo y se hicieron nuevas reformas pues se desarrollaron mucho las obras públicas. La Desamortización sacó a la venta terrenos religiosos dentro de las ciudades que se edificaron o se incorporaron a la ciudad, como el Museo de Bellas Artes de Sevilla. La industrialización, que se inició hacia los años 1860, trajo el problema de donde situar las industrias y donde alojar a la mano de obra que emigraba a las ciudades industriales. Debido a estas necesidades, se pusieron en marcha planes para regular el crecimiento de la ciudad y remodelar el espacio interior. Entre estos planes podemos citar: la construcción de mataderos, cementerios, acometidas de agua y electricidad, pavimentación de calles y sobre todo, apertura de nuevas calles para adaptarlas a la circulación que se iniciaba en esos momentos y que continuará avanzando en el siglo XX, a esto se le llamó haussmanización.
• A finales del siglo XIX, tienen lugar los planes de Ensanche, que son aportaciones muy interesantes del urbanismo. Consistían en edificar una zona completa de la ciudad, planificando todo, las calles, los edificio, los servicios etc. Se hacía por lo general con un trazado ortogonal o en cuadrícula, con manzanas de grandes proporciones destinados a acoger a las familias burguesas pues los ensanches eran zonas de habitabilidad de mucha calidad. Destaca el ensanche de Barcelona ideado por Ildefonso Cerdá en 1860.
• En el siglo XX el intenso proceso de urbanización ha traído consigo un gran cambio en el paisaje urbano: Se ha fomentado la construcción de viviendas pues este es uno de los principales problemas que se agudizó debido a la emigración del campo a la ciudad en los años 60. El Estado promulgó leyes para la construcción de viviendas sociales, por ejemplo la Ley de Casas Baratas de 1911. Pero la labor más intensa en construcción se hizo con el franquismo, pues después de la guerra civil, había que reconstruir muchas ciudades. Se hicieron varios planes de construcción a través de organismos, como la Obra Sindical del Hogar. En el franquismo en muchas ciudades se derribaron zonas céntricas para construir edificios de viviendas oficinas o bancos sin respetar el patrimonio de la ciudad. Crecieron también los suburbios y las chabolas en las áreas periféricas de las principales ciudades. Allí se alojaban personas sin recursos que formaban barriadas de autoconstrucción, sin servicios ni infraestructuras, como por ejemplo El Pozo del Tío Raimundo en Madrid o el Polígono Sur en Sevilla.. aunque se fue elaborando una legislación urbanística por la cual se obligaba a introducir la planificación, es decir la aplicación del zoning o distribución de usos y funciones dentro de la ciudad en espacios separados, estas leyes no solían cumplirse . Leyes de este tipo fueron la Ley de Suelo de 1956. También se experimentaron nuevas formas urbanísticas como la ciudad jardin, basada en ideas de arquitectos ingleses, cuyo objetivo era acercar la naturaleza a la ciudad, son barrios con casitas bajas con huerto o jardín, y la ciudad lineal que fue un proyecto del arquitecto Arturo Soria, y que trataba de crear viviendas en torno a las vías de comunicación entre ciudades, manteniendo también la relación con el medio natural. Los polígonos residenciales, son construcciones de barriadas enteras en zonas próximas a la ciudad pero donde predomina el bloque de pisos de elevada densidad y de escasas dimensiones y poca calidad constructiva.
• La democracia trajo consigo un gran avance en la legislación urbanística, mucho mayor control, y el intento de crear ciudades para los ciudadanos. Lo más importante es la elaboración de leyes como la Ley de suelo de 1976 y los Planes de Ordenación Urbana que realiza cada ayuntamiento. Estos Planes fijan líneas obligatorias para la edificación, sobre la propiedad, los trazados de vías, etc. Es decir recogen los objetivos de hacia donde se quiere desarrollar la ciudad. En la actualidad los objetivos de las leyes se dirigen a revitalizar los centros históricos a protegerlos y evitar la destrucción de edificios con valor histórico. Se hacen rehabilitaciones de zonas de la ciudad en su conjunto, modernizando y adecuando las condiciones a las necesidades de las personas. Para ello se obliga a respetar determinadas tipologías del entorno.
• En la actualidad, las familias de clase media buscan lugares residenciales con calidad ambiental y precios asequibles, por esto se desarrollan mucho las periferias urbanas donde se hacen urbanizaciones o también se implantan centros de servicios o de ocio como los parques periurbanos. Los polígonos industriales también se sitúan en la periferia, de manera que se crea lo que se llama una aglomeración urbana que consiste en irse uniendo a la ciudad principal, núcleos periféricos. El desarrollo de todas estas formas de construcción han hecho que en muchos lugares, se haya borrado el limite entre la ciudad y los núcleos cercanos, pues todo está ya urbanizado. Este fenómeno se llama metropolización, lo que obliga a que se tengan que construir vías de comunicación rápidas, circunvalaciones, o desarrollar el transporte público adecuado, pues estos núcleos funcionan como ciudades dormitorio para los trabajadores. De aquí nace también el concepto de área metropolitana, es decir, una ciudad que integra a toda una serie de poblaciones cercanas que pueden seguir manteniendo un carácter rural.

4.-FUNCIONES Y ESTRUCTURA DE LAS CIUDADES:
Las funciones de la ciudad son las actividades propiamente urbanas que, a lo largo de la historia, han sido fundamentalmente el comercio y los talleres artesanos.
Una ciudad se definía en contraposición al pueblo por sus funciones.
Se dice que una ciudad cumple una función determinada si esa actividad es la más representativa de ella, por ejemplo ciudades turísticas, ciudades universitarias, ciudades religiosas.
Antes de la revolución industrial, la población de las ciudades se dedicaba al comercio y la elaboración de textiles, armas, cerámica, utensilios de todo tipo, etc.
La industrialización significó un gran cambio, pues una ciudad ofrece muchas ventajas para implantar en ella industrias, como accesibilidad, mano de obra abundante, amplio mercado contacto con otras ciudades, etc…
En la actualidad en las ciudades se produce una gran mezcla de funciones. Es difícil clasificar a una ciudad por una sola función, pues en las ciudades se realizan muchas actividades.
ZONIFICACIÓN DE LAS CIUDADES
Las funciones de la ciudad se reflejan en la estructura urbana. El espacio urbano aparece dividido en una serie de sectores o zonas que tienen funciones diferentes, por ejemplo se agrupan los comercios, las zonas administrativas, las zonas industriales, las viviendas. Cada zona requiere situarse en el lugar apropiado, así, las industrias se van a la periferia pero el comercio se sitúa en el centro o en centros comerciales secundarios; el centro, al ser más accesible, concentra actividades de gobierno, de comercio, bancos o de ocio como bares, hoteles etc…
El precio del suelo en las ciudades suele ser muy alto porque es muy demandado. Por este motivo, los edificios crecen en altura apareciendo los rascacielos, las torres de viviendas, etc. Este crecimiento en altura se controla en muchos lugares, por ejemplo en las ciudades andaluzas.
Los sectores residenciales: podemos diferenciar varias zonas:
-el núcleo antiguo, que por lo general cuenta con viviendas que se abandonan, pues la población busca otras zonas con más comodidades.
-áreas residenciales acomodadas, que ocupan zonas bien ordenadas, con buenos servicios de transporte, edificios de calidad, zonas verdes, etc. (por ejemplo la zona de la Buhaira en Sevilla.
-zonas residenciales modestas, son las barriadas que nacen en la periferia, los llamados polígonos en ellos la edificación es de peor calidad, tienen pocas zonas verdes y pocos servicios.
-en el extrarradio se sitúan urbanizaciones, parques periurbanos, lugares de ocio o grandes centros comerciales que requieren mucho espacio.

En cuanto a las industrias, en el centro de las ciudades se encuentran algunas industrias poco contaminantes, como talleres de confección, copisterías, talleres de encuadernación.
Las zonas donde se sitúan las grandes industrias suelen ser los extrarradios o los polígonos industriales, pues allí se molesta menos. También es un lugar de localización de industrias junto a las vías de transporte, carreteras o ferrocarriles.

5.-LAS AGLOMERACIONES URBANAS. PROBLEMAS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS.
Algunas ciudades han crecido hasta conectas con otros núcleos de población. Se crean así aglomeraciones urbanas que pueden ser de varios tipos: áreas metropolitanas, conurbaciones, regiones urbanas y megalópolis.
-El área metropolitana: está formada por una ciudad principal y varios municipios de su entorno que mantienen importantes relaciones socioeconómicas entre ellos: la ciudad central proporciona empleo y servicios, los núcleos sirven como ciudades dormitorio y como lugares donde se sitúan actividades como grandes comercios, industrias transportes, etc.
Entre la ciudad y sus núcleos debe existir una red de transportes adecuada. La estructura del área metropolitana puede ser de coronas concéntricas o radial.
Las áreas metropolitanas españolas más antiguas son Madrid Barcelona y Bilbao que se desarrollaron en los primeros años del siglo XX, en los años 60 y 70 se formaron otras áreas metropolitanas debido a la emigración del campo a la ciudad. En los años 90 hubo un parón en el crecimiento de las áreas metropolitanas pero en la actualidad las áreas metropolitanas recuperan su crecimiento debido a la inmigración extranjera
-La conurbación es una aglomeración urbana formada por dos o más ciudades que se unen, en España existen conurbaciones debidas al turismo, como Málaga Marbella Alicante Elche etc.
-La región urbana es una aglomeración urbana pero discontinua aunque muy densamente poblada.
-La megalópolis está constituida por la unión de áreas metropolitanas, conurbaciones y y regiones urbanas. En España las zonas costeras y el eje Barcelona Valencia Alicante, funcionan como megalópolis.

PROBLEMAS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS:
Los vamos a enumerar:
Densificación demográfica y constructiva
Elevado precio de compra y alquiler de las viviendas
Necesidad de numerososo equipamientos y abastecimiento
Problemas en la ordenación del tráfico y el transporte
Problemas sociales, estrés aislamiento, pobreza,…
Problemas ambientales:
- Microclima y contaminación
- Altos niveles de ruido
- Producción y eliminación de residuos
- Desaparición o falta de espacios verdes
- Pocas zonas de expansión para los más pequeños
- Impactos ambientales de las basuras en las calles
- Problemas de congestión por el tráfico.

6.-SISTEMA DE CIUDADES JERARQUIAS Y EJES DE DESARROLLO URBANO.
Se entiende por sistema de ciudades las relaciones que la ciudad mantiene entre sí y con su entorno, a través de diferentes intercambios, por ejemplo el tráfico, el capital, las mercancías, la cultura, etc…
Los sistemas de ciudades pueden analizarse atendiendo a la región, la comarca, la provincia e incluso a nivel nacional e internacional, dependiendo de las relaciones que mantiene cada ciudad con el entorno. La creación de carreteras y ferrocarril es lo que más ha influido a la hora de consolidarse un sistema de ciudades y también ha sido muy influyente el desarrollo industrial.
En España, el sistema de ciudades se basa en dos grandes urbes, Madrid y Barcelona, aunque otras ciudades van aumentando su importancia como Bilbao, Sevilla o Valencia. Siempre existen grandes desequilibrios territoriales, pues las zonas menos desarrolladas se fueron despoblando a lo largo de los años sesenta y setenta, por ello en el franquismo se elaboraron los Planes de Desarrollo, que afectaron a ciudades como Huelva, Sevilla Vigo, Burgos, Badajoz.
En la actualidad se está produciendo un proceso de desindustrialización de las grandes ciudades industriales como ha sido Bilbao o Valencia y aparece lo que se llama la terciarización de la economía, es decir, que tiene más peso la actividad terciaria y los servicios que las actividades industriales. Por esto, se están creando los Parques Tecnológicos que se sitúan en ciudades medianas, como Sevilla o Málaga. También existen lógicamente en ciudades grandes como Barcelona. Los Parques son lugares de localización de industrias de alta tecnología.
La desindustrialización ha ocasionado el estancamiento de muchas ciudades mientras que la terciarizacion ha conseguido el desarrollo de otras, por ejemplo, las ciudades del litoral.
Jerarquía de la red urbana
Las ciudades se organizan de forma jerárquica sobre el territorio, pues no todas tienen la misma importancia. La primacía de la ciudad lo da el volumen de población que tenga y las actividades que desarrolle.
Se distinguen las siguientes:

a)Metrópolis
Metrópolis nacionales: forman el primer nivel jerárquico, son Madrid y Barcelona. Cuentan con una población de más de 4 millones. Ejercen influencia sobre todo el territorio nacional y se relacionan además con otras ciudades extranjeras. Tienen servicios altamente especializados de todo tipo

Metrópolis regionales de primer orden: son las que están entre 500.000 y 1.500.000 hab. como Sevilla, Málaga, Valencia, Zaragoza o Bilbao. Influyen en el ámbito regional.

Metrópolis regionales de segundo orden, son las que cuentan con una población entre los 250.000 y 500.000 hb. Murcia, Alicante, Granada, Valladolid, son representativas.

b)Ciudades medias,.Son las capitales de provincia. Su población también está entre los 250.000 hb. Y 500.000. Pero son ciudades con funciones menos diversificadas y que cuentan con menos servicios administrativos y sociales.

c) Ciudades pequeñas: Son ciudades con poca población, hasta 50.000 hb escasas funciones y poca especialización.
Ejes de desarrollo urbano
Hoy día, el sistema de ciudades se articula en torno a los ejes de desarrollo urbano. Un eje se produce cuando las vías de comunicación ponen en contacto determinadas zonas que comparten actividades y movilidad de población:
Los ejes principales de España son:
El eje mediterráneo, desde Girona a Murcia, con mucha diversificación económica, cuenta con un importante sector primario en la zona de Murcia, industrias y turismo.
El Eje del Ebro, siguiendo el cauce del río desde Bilbao hasta Tarragona.
El Eje cantábrico, desde el País Vasco a Galicia, con alto nivel de urbanización pero declive industrial.
El Eje atlántico gallego que se prolonga hasta Portugal.
Madrid forma un eje radial y de conexión entre varios ejes
El litoral andaluz de gran importancia turística.
El eje interior andaluz, en torno a la A92, pretende el desarrollo de ciudades andaluzas del interior.
El Eje Madrid-Andalucía muy desarrollado gracias al AVE pero en la actualidad cuenta con poca población
El Eje oeste o la Ruta de la Plata, desde Huelva hasta Asturias, también tiene poca población aunque hay focos importantes de desarrollo en torno a las ciudades principales.

Cambios en el sistema urbano
Desde la década de los 80 se están produciendo cambios debido a la implantación del Estado Autonómico y la integración en Europa. Las capitales de las Comunidades Autónomas han incrementado su importancia en relación a su entorno, y han perdido relaciones con Madrid pues muchos servicios están descentralizados.

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Tema 6. La población española

TEMA 6.-LA POBLACIÓN ESPAÑOLA

1.-El estudio de la población y sus fuentes.

La población es un objeto de estudio muy importante para la planificación social y política. Desde tiempos remotos se ha “contado a la población” pues para organizar el pago de impuestos, las propiedades de las personas, reclutar para el ejército, etc. era necesario cuantificar y conocer la estructura de las poblaciones.
El estudio de la población se divide en dos grandes apartados:
La dinámica de la población y la estructura de la población.

Fuentes para estudiar la población

El censo de población es el recuento de la población de un territorio en un momento determinado. Desde la antigüedad se han realizado censos pero hay que distinguir dos etapas:

Etapa preestadística, comprende los siglos anteriores al primer censo moderno realizado en España que data de la segunda mitad del siglo XIX. Los datos preestadísticos son muy imprecisos pues faltan fuentes seguras y fiables, y además no tenían periodicidad estable. Existen datos de la población española desde la época romana. Los registros principales son los recogidos por la Iglesia en relación a los nacimientos, defunciones y bodas, que se inscribían en el registro parroquial. Muchos de estos registros se han perdido con el paso del tiempo. En la época medieval y moderna se recogían datos para conocer las propiedades y riquezas de la población, y también se contaba el número de siervos a cargo de los señores, o los miembros de los gremios en las ciudades.
Son conocidos el Censo general de 1594, el Censo de Aranda en 1768, el de Floridablanca en 1787 y el de Godoy de 1797.
Etapa Estadística
A partir de 1857 los censos se hicieron periódicos, cada diez años, en los años 1877 1887 y1897. En 1900 se decidió hacerlos en los años terminados en 0 y luego en los terminados en 1.

Los censos actuales son muy ricos en datos: recogen individualmente el lugar de nacimiento, sexo, edad, estado civil, nacionalidad, nivel cultural, trabajo que desempeña y composición familiar.

Otro recuento de población es el padrón. Los padrones son recuentos que realiza el ayuntamiento en pueblos y ciudades. Se elabora igual que los censos, pero cada 5 años. Su utilidad primera fue hacer las listas de reclutamiento y las listas electorales.
En los Ayuntamientos se recogen también las “altas y bajas” de la población, es decir, personas que se empadronan porque llegan al municipio o personas que se van a otro lugar y piden la baja, por lo que el padrón se rectifica anualmente.
A veces los ayuntamientos exageran sus datos para obtener subvenciones, por ello el padrón es menos fiable que el censo.

2.-EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA
España es el 5º país más poblado de la Unión Europea (47.021.031 hb) pero su densidad de población es menor que la de la mayoría de los países de Europa Occidental ( 91,4 hb.km2)
Con los datos obtenidos de los censos y padrones podemos analizar cual ha sido la evolución de la población española. Puede decirse que en la etapa preestadística se alternaron momentos de crisis demográficas con aumentos de población: en 1500 se alcanzaron los 5 mlln de hab. En 1600 se llegó a los 7 mlln y ya en 1800 se superan los 10, 5 milln.
En el siglo XX la población española crece desde 18.500.000 hb a principios de siglo hasta los 47.021.031 hb actuales.(censo de 2010)
Durante la primera mitad del siglo XX, el ritmo de crecimiento porcentual es muy alto, pues la población creció en 9.300.000 hb. gracias a los progresos sanitarios y mejoras alimenticias. Aun así se produjeron varios momentos que frenaron el crecimiento: la guerra del norte de África (1908-1927) la gripe de 1918 y sobre todo la Guerra Civil.
Entre 1950 y 1970 el crecimiento alcanzó un ritmo mayor, ya que se mantenían las altas tasas de natalidad, disminuyó bastante la mortalidad y sobre todo, mejoraron las condiciones económicas de los españoles. Sin embargo, también se produjo un gran éxodo migratorio que contuvo el crecimiento.
En los años 80 se inicia un ritmo lento de crecimiento debido a la caída de la natalidad, fenómeno que todavía existe en la actualidad.

Datos de la evolución de la población

1900
18.616.630
1910
19.990.669
1920
21.388.551
1930
23.677.095
1940
26.014.278
1950
28.117.873
1960
30.582.936
1970
33.956.047
1981
37.742.561
1991
39.433.942
2001
40.499.791
2006
44.708.964
2007
45.200.737
2008
46.063.511
2009
46.745.807
2010
47.021.031


3.-DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA
Para estudiar la distribución espacial de la población debemos conocer el concepto de densidad: la densidad es la cantidad de personas que habitan en un km2 de territorio.
Atendiendo al dato de la densidad de población puede decirse que a lo largo del siglo XX se ha producido un aumento general de la densidad en todo el país. Las máximas concentraciones de población se producen en el litoral, mientras el interior, exceptuando Madrid y Sevilla, tiene menor densidad de población. Las ciudades alcanzan altos índices de concentración mientras los pueblos, sobre todo del interior de la península, sufren un acusado descenso.
En la etapa preestadística, los datos del siglo XVI señalan una densidad de unos 13 hb/km2. En el XVIII eran 21, a lo largo del siglo XX la densidad fue creciendo hasta los 78 hacia 1995. En la actualidad se alcanzan los 91,4 hb.km2 (2008).
Si analizamos el reparto de la población por comunidades autónomas se observa que, por su densidad, son las comunidades de Madrid, País Vasco y Canarias, las que alcanzan cifras superiores a 200 hb/km2. Las que no llegan a la media nacional son Aragón, las dos Castillas y Extremadura.
Las provincias con mayores densidades se encuentran en el litoral: Barcelona, Cádiz, Alicante Málaga, Vizcaya, con la excepción de Madrid y Sevilla.
Las provincias menos densamente pobladas son las que se encuentran en el interior de la península.
Las causas de esta distribución hay que buscarlas en factores físicos como son el clima, la altitud y el relieve y también en factores socioeconómicos, como la industrialización, las comunicaciones, etc.

Densidades de población por provincias

1. Madrid 796,2
2. Barcelona 712,2
3. Vizcaya 517,1
4. Guipúzcoa 366,9
5. Alicante 329,6
6. Santa Cruz de Tenerife 313,5
7. Las Palmas 266,5
8. Valencia 238,3
9. Baleares 222,6
10. Málaga 217,1


Densidades de población por municipios
1. Hospitalet de Llobregat 20.246 hab./km²
2. Barcelona 15.867 hab./km²
3. Badalona 9.844 hab./km²
4. Bilbao 8.559 hab./km²
5. La Coruña 6.500 hab./km²
6. Valencia 5.916 hab./km²
7. Salamanca 5.380hab./km²
8. Madrid 5.198 hab./km²
9. Sevilla 5.029 hab./km²
10. Móstoles 4.665 hab/km²


4.-DINÁMICA DE LA POBLACIÓN: CRECIMIENTO VEGETATIVO DE LA POBLACIÓN: NATALIDAD Y MORTALIDAD.
Se llama crecimiento vegetativo a la diferencia que existe entre la natalidad y la mortalidad en una población.

a) La natalidad, se estudia a través de la evolución de las tasas. La tasa de natalidad se halla dividiendo el número de nacimientos que tienen lugar en un año entre la población total y luego se multiplica por mil. Hasta hace pocos años España era un país con alta natalidad. Se considera una alta natalidad las cifras por encima de 15 por mil. En los países subdesarrollados es normal una tasa de hasta 30 por mil. En España a principios del siglo XX, la tasa era de 33 por mil. En la época de la Guerra Civil descendió al 16 por mil. En 1977 se alcanzaba una tasa de 17 por mil, pero en los años 90 la tasa descendió drásticamente hasta el 9,1 por mil en 1995. En la actualidad la tasa de natalidad es del 10,96 por mil.
La disminución de la natalidad se explica por varios factores: causas económicas, sociológicas, cambios de mentalidad, etc. En primer lugar la incorporación masiva de la mujer al trabajo ha llevado a la reducción de la natalidad, el coste de la educación y crianza es también muy importante a la hora de pensar en los hijos, el acceso a métodos anticonceptivos con libertad es otro factor que no existía antes, los cambios de mentalidad, las relaciones de pareja y el concepto de familia también ha variado mucho y ha influido en la tasa de natalidad.
Por comunidades autónomas las tasas se han reducido en todas ellas, pero los valores más bajos los aportan Asturias, castilla León y Galicia, y los más altos Andalucía baleares Madrid Murcia y Navarra.
La fecundidad, es una tasa muy utilizada pues relaciona los nacimientos con las mujeres en edad de procrear. Esta tasa ha ido descendiendo, en 1977 se alcanzaban los 2,6 hijos por mujer, en 2001se sitúa en 1,2 y en 2006 en 1,38.
Según los datos del INE para el 2006, se tienen los siguientes datos relacionados con la natalidad en España:5
• Tasa bruta de natalidad: 10,96‰
• Tasa global de fecundidad (nacidos por mil mujeres de 15 a 49 años): 43,0‰
• Número medio de hijos por mujer: 1,38
• Edad media al nacimiento del primer hijo: 29,3 años.
b)La mortalidad, esta tasa relaciona las defunciones anuales con el total de población. Al igual que la natalidad, la mortalidad ha sido muy elevada en la etapa preestadística, son tasas muy elevadas las que superan el 20 por mil. En España, a principios del siglo XX la tasa era de 25 por mil. Ha ido descendiendo hasta situarse en el 8,5 por mil en el año 2004. Bajar de esta cifra es ya casi imposible.
La mortalidad infantil es otro dato a tener en cuenta, en España ha seguido un proceso similar, en 1900 se encontraba en 181 por mil ( niños fallecidos hasta cumplir 1 año dividido por el total de nacidos) En los años setenta se alcanzaba el 24 por mil. En la actualidad gracias a los progresos médicos, la tasa es muy baja, 3,5 por mil.
Datos relacionados con la mortalidad en España para el año 2006:5
• Tasa bruta de mortalidad: 8,43‰
• Tasa de mortalidad infantil: 3,53 por mil nacidos vivos
• El crecimiento vegetativo de la población española ( nacimientos menos defunciones) en 2006 fue del 2,53 por mil.
Las causas de la mortalidad han ido variando con el tiempo. La mortalidad catastrófica era propia de otros períodos, aunque en el mundo se sigue dando, producida por las guerras epidemias, hambre, etc. En la actualidad las defunciones se producen por enfermedades y por el avance de la edad aunque hay que añadir las muertes violentas en accidentes etc. La mejora de los recursos económicos y los avances médicos han sido los factores que han reducido la mortalidad.
c) Flujos migratorios
España a lo largo de la historia ha sido un país de emigrantes. Las razones que mueven a la población a emigrar son fundamentalmente de tipo económico, búsqueda de empleo, mejorar las condiciones de vida, etc.
Migraciones exteriores, Los españoles a lo largo del siglo XIX y XX han emigrado a otros lugares:
Al norte de África: durante el siglo XIX
A América latina: Argentina, Cuba Brasil y más tarde a EE.UU. Esta emigración se produjo en la primera mitad del siglo XX hasta los años 30
A Europa: es la emigración más importante, se produjo durante el franquismo en los años 60 y 70, el destino era Alemania, Suiza, Francia y Bélgica.
También hay que contabilizar a los exiliados que se fueron después de la guerra civil. En esta emigración de los años 60, Andalucía y Galicia aportaron el mayor número de personas.
Migraciones interiores, se llama así al desplazamiento entre regiones españolas. La causa de esta emigración fue la atracción de las provincias más desarrolladas industrialmente. Este proceso se desarrolla en España entre los años 60 y 70. Se calcula que emigraron de unas regiones a otras más de 12 millones de personas. Los lugares de inmigración fueron Madrid, Barcelona El País Vasco y Valencia. Las regiones que perdieron su población fueron Andalucía Extremadura y Castilla La Mancha. Hay que contar también con la emigración de los habitantes de los pueblos a las ciudades más cercanas, proceso que ocurre continuamente.
En los últimos años España ha pasado de ser país de emigrantes a recibir emigración. El colectivo de inmigrantes extranjeros puede tener las siguientes características: nacionalizados, trabajadores del norte de África y Latinoamérica, asilados y refugiados y “sin papeles”.

5 ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN: COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN POR SEXO Y EDAD.
El análisis estructural de la población se refiere a ésta en un momento concreto y estudia las características demográficas como son: sexo, edad, estado civil, actividad económica y lugar de residencia, entre otras.

La población por sexo:
Para estudiarla hay que tener en cuenta el índice que se utiliza comúnmente:
La Sex ratio: es la proporción que existe entre varones y mujeres, se halla dividiendo el nº de varones entre el de mujeres, ya sea de la población total o en cada edad y se multiplica por cien para obtener cuántos varones hay por cada 100 mujeres.
La sex ratio siempre se ha mantenido por debajo de cien a lo largo del siglo XX; en los años 40, debido a la guerra civil descendió hasta 92 varones por cada 100 mujeres; en los años 90 se alcanzó el 96%, y en la actualidad la cifra es de 97,5 varones por cada 100 mujeres. La sex ratio varia en cada grupo de edad, en los primeros años es favorable a los varones, luego desciende y en las edades mayores es claramente favorable a las mujeres.
Estas cifras se explican por lo que se llama la supermortalidad masculina, que se caracteriza por factores como el trabajo, el riesgo en edades más jóvenes, la emigración masculina, etc.

La población por edades
La edad es un componente demográfico de gran interés por su repercusión en un gran número de cuestiones como la economía, la política, la planificación de servicios, etc.
Hay que conocer en este sentido dos conceptos fundamentales:
La edad mediana que consiste en dividir a la población en dos grandes grupos de igual tamaño, acumulando a los efectivos de cada grupo de edad.
El índice de vejez que es la relación entre la población vieja y la población total, el resultado se multiplica por 100.
La esperanza de vida es una previsión que se hace anualmente, considera la media de edad a la que mueren los hombres y las mujeres en un año y calcula así los años que pueden vivir hombres y mujeres.
En la actualidad(2006) la esperanza de vida de los varones españoles es de 77,3 años y para las mujeres 83,0 años.

La población por grandes grupos de edad: existen tres grandes grupos:
Población infantil y joven que agrupa de los 0 años a los 16, edad en que pueden trabajar los jóvenes; Población adulta la que se encuentra en edad de trabajar de 16 a 65 años; población vieja de 65 años en adelante.


Distribución por edad de la población española (1900)1

Grupo de edad %
0 a 14 años 33,52%
15 a 29 años 24,36%
30 a 44 años 19,24%
45 a 59 años 13,94%
60 a 74 años 7,51%
75 años y más 1,42%



Distribución por edad de la población española (2007)2

Grupo de edad %
0 a 14 años 14,34%
15 a 29 años 19,74%
30 a 44 años 25,30%
45 a 59 años 18,92%
60 a 74 años 13,53%
75 años y más 8,18

En España, la población presenta una tendencia muy acusada hacia el envejecimiento. La población joven se reduce en cantidad desde los años 80.
Esto es consecuencia de la caída de la natalidad en los últimos años y de las mejoras sanitarias que alargan la edad de vida. Según los datos, en 1981 la población de 0 a 14 años representaba el 25;7 % del total; en 2001 la población entre 0 y 16 años supone el 14,2 % del total. Los mayores de 65 años eran en 1981 el 11,2 % ,mientras que en el 2001 representan el 17%.
Las regiones con población más joven son Andalucía, Murcia y Canarias, las de mayor población vieja son Aragón, Castilla León y La Rioja.


La pirámide de población
Es el gráfico que recoge la representación de una población en un momento concreto, establecida por edades y por sexo. Se elabora en un sistema de coordenadas: a la derecha se sitúan los efectivos femeninos y a la izquierda los masculinos divididos por grupos de edades quinquenales. Con la elaboración y estudio de una pirámide de población se pueden sacar conclusiones, tanto de la trayectoria de la población en los últimos 80-90 años como del futuro de dicha población.
Las pirámides españolas de 1900, 1950, 1970 y 2006 reflejan los siguientes aspectos:
En la de 1900 se observa una alta natalidad, baja esperanza de vida y altas tasas de mortalidad.
En 1950 los efectivos jóvenes se han reducido debido a la guerra civil y se observa la sobremortalidad provocada por ella en los grupos de 25 a 39 años. Se observa también aumento de la natalidad y más personas en las edades ancianas
En 2006 sobresalen dos aspectos: primero, la enorme disminución de efectivos entre 0 y 15 años, el engrosamiento de las filas de 25 a 40 años, por el aumento de nacimientos de los años 60 y el aumento de la inmigración que suelen ser de personas de edades jóvenes, y segundo, el aumento de la edad de muerte, que se alarga hasta 95 y más años.


6.-COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN POR SU ESTADO CIVIL.
Los censos de población aportan el dato de personas de estado civil soltera, casada, divorciada, separada o viuda. Los cambios que se observan en este aspecto, son reflejo de los cambios en el modo de vida y de pensar de la población española en los últimos años.
Se advierte que aumenta la proporción de personas casadas, pero esto no significa que sea un aumento real pues los matrimonios disminuyen claramente, sino que, al disminuir el número de jóvenes y por lo tanto solteros, aumenta la proporción de casados.
Otro dato importante es el aumento del colectivo de separados y divorciados; en sólo 10 años la cifra se ha duplicado. Como hemos dicho, descienden considerablemente los matrimonios, esto es similar a lo que ocurre en Europa.

7.-ESTRUCTURA ECONÓMICA DE LA POBLACIÓN
En este sentido hay que conocer también determinados conceptos:
Población económicamente activa: es la población de más de 16 años que, o bien está trabajando o está buscando empleo, es decir agrupa dos categorías: ocupados y parados.
Tasa de actividad relaciona el número de activos respecto a la población potencialmente activa (total de personas entre 16 y 65 años).
Tasa de actividad global: relaciona la población activa con el total de población.

Conocer cuántas personas están en condiciones de trabajar, en qué lo hacen o lo van a hacer en qué edades se incorporan al trabajo etc. Es de gran importancia para la economía de un país. El dato de actividad además de recogerse en los censos también se hace a través de una Encuesta de Población activa que se elabora anualmente.
La población activa:
Se ha duplicado en el siglo XX. La tasa de actividad global suponía en 1977 el 50% de la población. A partir de 1981 ha ido aumentando, lo que se explica por la incorporación masiva de la mujer al trabajo. En el año 2000 la tasa global de actividad era del 54%.
Por edades, la mayor cantidad de activos se encuentra entre los 25 y 54 años, edades que acumulan el 75% del total de trabajadores. Se advierte que cada vez se tarda más en incorporarse al trabajo y también que se sale antes de él, es decir, que se producen muchas jubilaciones antes de los 65 años.
En cuanto al sexo, todavía se observa gran diferencia entre los datos de hombres y mujeres. La tasa de actividad de los varones es de 67,2 % y la de mujeres 42%.

Las regiones que tienen más altas tasas de actividad son las más industrializadas o con un fuerte sector turístico; las de menor tasa son Asturias, Cantabria y las dos Castillas. La tasa de actividad española es una de las más bajas de la Unión Europea.
Los sectores de actividad concentran a la siguiente cantidad de población activa: el sector servicios con el 62% del total, la industria con un 19,7% la construcción con el 11,5% y el sector primario con un 6,2%.
La tasa de paro es variable y marca de manera muy desigual a las comunidades autónomas. Afecta más a los activos del sector agrícola y afecta más a las mujeres que a los varones. La tasa de paro femenina es el doble que la masculina. El paro fue muy elevado en los años 80 pero en la última década del siglo XX y primeros años del XXI disminuyó. En la actualidad, debido a la crisis económica el paro supera los 4 millones de personas. Hay que señalar también la existencia de la economía sumergida, que permite resistir a los hogares con varios miembros en situación de paro.
En cuanto al nivel de instrucción, es importante decir que el mercado de trabajo exige cada vez más cualificación profesional. Ha aumentado mucho la población con estudios universitarios y de nivel medio; la tasa de analfabetos ha disminuido considerablemente.

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